El título de esta entrada debería de ser en realidad un gif.
Aquel que muestra a Robert Redford pescando en un río y asintiendo a la cámara, siendo concretos.
Coñe, este de aquí:
¿Estamos?
Pues Ok.
Sin duda somos de los más viejos del lugar en esto de devorar pijameo.
Y sospecho que precisamente por eso, hemos sido de los primeros en acabar un pelín hartos del abuso audiovisual que estaban suponiendo ya las pelis de superhéroes.
A ver, a nosotros nos va coj*nudamente (censura por SEO) que se hagan películas, porque de ahí van a salir figuras y básicamente comemos de eso.
Pero como fans, la verdad es que estábamos ya hasta el gorro de películas totalmente intrascendentes con personajes que ya no son interesantes ni en los cómics.
Por cierto, SPOILER, señores de Marvel y DC : SI UN PERSONAJE JAMÁS HA TENIDO GRAN RELEVANCIA EN LAS VIÑETAS, IGUAL, LO MISMO, PUEDE QUÉ, SEA PORQUE EL PERSONAJE ES POCO INTERESANTE INTRÍNSECAMENTE.
Un saludo a Blue Beetle, Kang o Black Adam , y mis respetos a Blade, que supo llegar cuando no había nadie y por eso triunfó como triunfó y constituye la excepción que confirma la regla.
Retomemos:
En Marvel Studios son cualquier cosa menos tontos y ha recogido cable (je… je…. je…) a base de bien.
Porque si para seguir petándolo tenemos que hacer caso de lo que gritan cincuentones airados en Twitter , hágase, que aquí hemos venido a forrarnos en oro, no a contentar a nadie. Pero mira, si de paso contentamos a la enorme mayoría de nuestra base de fans, miel sobre hojuelas.
Porque, amigos, aquí como en el rock no hay relevo: los que le llenamos los bolsillos a Kevin Feige somos los mismos que se los llenamos a Frank Miller.
La juventud (los “bros“) es una generación entregada al manga, y los chiquillos que hoy siguen metidos en el mundillo de los superhéroes, mañana con la pubertad (y si siguen sabiendo leer) harán lo propio.
Así que el público objetivo de estas películas es el de un varón de entre 4 y 12 años y de entre 30 y 60.
Pero ¿Qué sucede?
Que entre los 4 y los 12 años, el poder adquisitivo suele ser tirando a inexistente y lo que parecía una gran idea (hacer películas para ellos) ha acabado por hartar a quienes realmente pagaban (sus padres: nosotros).
Así pues ¿Por qué no hacemos un producto para los padres, que son los que manejan los billetes, y que les den morcilla a los chiquillos?
¿Preferís vender 40 mochilas o 10 Hot Toys?
Et voilá:
Película cafre para adultos que además es totalmente consciente de que esos adultos ya están un poco tostados con el género y que lo va a reconocer de forma explícita.
¡Y si hace falta mencionamos a John Byrne en el metraje, demonios!
Como jugada de marketing me parece absolutamente magistral, aunque, por otro lado, lo tuvieron delante todo este tiempo.
No hay más que abrir una red social.
Como película … Eso que lo valore un crítico de cine.
Tampoco es que últimamente Hollywood ande sobradísimo de calidad cinematográfica como para rasgarse ninguna vestidura.
En resumen, se pasa un rato divertidísimo viéndola.
Y eso, (y hasta que llegaron Miller y Moore) es ni más ni menos que el mínimo exigible a un cómic.
Mis dieses.