Dr. Átomos Jr.¿Alguna vez has sentido que algo no va bien, pero no sabes el qué?
Es una sensación incómoda, como una presión que te deja una inquietud extraña.
Hoy ha sido uno de esos días.
Todo empieza cuando un hombre entra en la tienda.
Tiene el ceño fruncido, mirada esquiva y un aire de urgencia en sus movimientos.
Nada fuera de lo común… al principio.
curiosea durante un rato y de repente, sale disparado y se marcha sin decir una palabra.
En pocos segundos descubrimos que una parte de él se había quedado con nosotros.
Y me refiero a algo… penetrante.
Un tufo denso.
Había dejado tras de sí una bomba de humo…
La llave del gas abierta.
Ya me entiendes.
Por mucho que intento contener la respiración, mantengo la calma.
Y pienso en los cómics, en cómo se han librado de sufrir ese olor y de ese “ambiente tóxico”. Ni siquiera ese ataque biológico puede dañarlos.
Los cómics están a salvo.
Enfundados en sus bolsas protectoras libres de ácido, selladas contra cualquier agresión externa.
Si quieres a tus cómics es comprensible que quieras protegerlos.
¿Por qué someterlos al aire, a la humedad, al polvo o al paso del tiempo?
Estos son los enemigos silenciosos que terminan por desgastarlos y destruirlos poco a poco.
Protege tus cómics con nuestras bolsas libres de ácido y haz que sobrevivan a cualquier adversidad, por muy… intensa que sea.
No necesitas un ataque sorpresa para perderlos. Basta con dejarlos desprotegidos.
Hazme caso,
No te la juegues y protege tus cómics. de ataques nucleares como el que yo he sufrido hoy.
